Navidad que vuelve... Tradición del año...
- Manuela Morales
- 7 nov 2015
- 3 Min. de lectura
“Navidad que vuelve, tradición del año, unos van alegres y otros van llorando”.
Próximos a vivir en nuestro país uno de los meses más cálidos del año, a pesar del invierno, más familiares, a pesar de la distancia y de los más fiesteros, a pesar de… a pesar de nada, porque el colombiano si se distingue por algo, es por su buena voluntad para festejar.
Se acerca Diciembre y comenzamos a percibir como la dinámica de la ciudad empieza a cambiar paulatina y precozmente. Ya desde octubre, nuestra quería Morena y Trasnochadora ciudad Pereira, comienza a iluminarse. Sus tiendas se preparan para recibir la navidad. En los buses, en los almacenes y casas hogareñas escuchamos el tradicional “Tutaina Tuturumá”, y aquellas canciones que en época navideña reúnen a las familias y que hasta al más frío de los hombres pone a llorar: “Mamá, dónde están los juguetes, mamá el niño no los trajo. Será, que no vio tu cartita que pusiste en la noche…”
La navidad es una tradición que se celebra a nivel mundial, que por obra y gracia de la globalización se ha dado cierta hibridación en cuanto a las costumbres de esta celebración. Es así como en casi todos los países existen los cánticos navideños (villancicos), la Noche Buena, y ese ser extraterrenal y etéreo que baja a media noche a dejar los regalos para los niños y niñas que se potaron bien durante todo el año.
A pesar de esta multiculturalidad, me atrevo a decir que la navidad en Colombia es particular, y que en cada región del país se celebra de una forma diferente, pero que sin embargo, se caracteriza por la reunión familiar, por los tiempos de paz y de sobre todo por tiempos de mucha “pachanga”. La pachanga colombiana, es ese momento de celebración, de fiesta, donde las personas ponen “la casa de ruana”, es decir, que bailan al son de la salsa, del chachachá o de la música popular toda la noche, acompañados de los “traguitos” de aguardiente o de ron con Coca-Cola.

En nuestro país la navidad inicia con la celebración de la Noche de las Velitas, el 7 de Diciembre, en donde las familias se reúnen para encender en las calles y en sus hogares los faroles o farolitos, de diferentes formas y tamaños, esto con el fin de celebrar la llegada de la Virgen María, a sus hogares. La ciudad se ilumina, los niños y niñas salen con sus familias a recorrer las calles, mientras que en las plazas varias personas llenan los cielos nocturnos de colores con los juegos pirotécnicos.
Durante nueve días, las familias se reúnen con sus vecinos y amigos alrededor del pesebre y el árbol navideño para rezar las novenas, y cantar los villancicos al son de maracas y tambores. Estas veladas suelen ir acompañadas por diferentes tipos de comidas como la famosa natilla de maíz o de arequipe, y el buñuelo. En ocasiones, las novenas terminan en una buena pachanga o en una fiesta decembrina, donde las personas bailan y se amanecen cantando esas canciones que solo suenan en navidad como: “Navidad que vuelve, tradición del año, unos van alegres y otros van llorando”.
Y al fin llega la tan esperada noche, la noche mágica, el 24 de diciembre. La gran noche que se recibe con una buena cena, un pavo en salsa de ciruela, o para los más tradicionales, la lechona y el sancocho ¡Y cómo no! Los abrazos, los regalos y el aguardiente.
Después de la media noche se acostumbra realizar la entrega de regalos, acción que representa el afecto por los seres queridos y la importancia de permanecer unidos en esta época de amor y paz. Y para cerrar, nos quedamos con el anhelo de que llegue pronto esta época, que irradia armonía y paz, y deseando que estos sentimientos perduren más allá de una sola noche…
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